A mediados de Marzo, pude organizarme y volver a el embalse de Cerro Pelado en el valle de Calamuchita, el calor en esta época todavía se hace sentir, pero por esas cosas de la naturaleza y el clima, un día antes de ir de pesca la temperatura era de entre 28 a 32 grados, cuando yo llegue a destino un frente frio proveniente del sur provoco un descenso de unos 10 a 15 grados, lo que iba a afectar nuestra pesca.
Dirigiéndonos a lo importante, la
pesca nos embarcamos a las 7 de la mañana con destino rumbo a la desembocadura
del rio Grande, anclamos y tiramos las líneas al agua, rápidamente los piques
comenzaron, pero recordemos que la
vedette de estas aguas son los dientudos, así que hasta no subirlos al bote se
esta con la incertidumbre de que pez es el que esta picando en nuestras cañas.
La mañana muy fría por cierto iba transcurriendo entre muchos piques, la
ecosonda mostraba peces en todas las profundidades, pero para nuestra desgracia
eran dientudos, así fue que opte por hacer la pesca mas entretenida, cambie de
equipo y comencé a realizar intentos de spinning muy liviano, enseguida los
piques y pequeños dientudos, la claridad de las aguas me permitían observar los
cardúmenes que seguían los señuelos, y de pronto esos cardúmenes eran
pejerreyes, los cuales parecían activarse con el pasar de los artificiales, fue
así que luego de unos piques pudimos prender un par de ellos.
La jornada transcurrió alternando
entre miles de dientudos y algunos muy buenos pejerreyes, los buscamos por la
totalidad del espejo de agua y en diferentes modalidades y profundidades, pero como siempre pregonamos lo importante no
es pescar sino estar pescando….
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